viernes, 4 de marzo de 2011

Dulce Locura


En un bosque donde reina la oscuridad una presa tan blanca era de notar, nadie vio en el mundo lucero igual. La dulce casa de chocolate invitaba a entrar y ella sin pensarlo empezó a devorarla sin más. ¡Qué dulce pesadilla me ha preparado mi futuro esta vez!, demasiado dulce como para ser verdad. El viento empieza a susurrar sonidos del silencio, voces siniestras me susurran cosas horribles al oído, pero pronto me acostumbre a ignorarlas. Los árboles marchitos imitan voces muy bien, incluso puedo oír a mi abuela, ya muerta, susurrándome que hulla de ahí. “Viento estúpido deja de molestar, esta noche solo miá ella será”, una dulce voz acaramelada me recibió en la puerta de la dulce casita de chocolate, una mujer de dos cabezas me saludo alegremente y me invito a dormir por siempre en aquella dulce casita de chocolate amargo. ¡Qué bien se siente uno en la dulzura del mundo!, nunca en mi vida tan feliz me había sentido, la casita de chocolate hacia de aquel lugar un perfecto bosque donde perderse en la oscuridad, donde poder perder la cordura sin ninguna preocupación. El hombre-mujer de un mismo cuerpo me llevaron lejos de allí, hacia un sueño lleno de dulce locura donde perder los estribos sin preocuparse de lo demás. Dulce locura me embriaga y me acosa sin dejarme si quiera respirar, por la dulce locura me deje llevar. El mundo no tenia ya sentido cuerdo para mi, mi languidez ya perdida se reía de mi sin disimulo alguno. Hombres lobos, muertos despiertos, hombres fríos como el hielo mis ojos pudieron contemplar, dulce locura hace de mis ojos color miel caliente sangre roja llenos de locuras que me hacen temblar. Nadie me dijo en mi vida que dulce locura se encontraba escondida en mi cordura, y aunque la dulzura está relacionada con la mentira, nadie en este mundo santo es.

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