- Entonces, ¿es verdad, qué detrás de mi puerta nadie habrá? ¿Y si abro la ventana?, ¿no pasará nada?
- No, no pasará nada, él nunca volverá.
- Y si miro al cielo, y pido por él, ¿vendrá?
- No, lo dudo.
- Si le recuerdo, ¿él estará siempre conmigo?
- No, aunque le recuerdes ahora, con el tiempo te olvidarás. Quizás sea mejor callar y olvidar.
- ¿Olvidar?. Pero...yo no sé como olvidar, ¿tú sabes?
- Si, yo sé, pero te dolerá.
- Y si...¿y si rezo por él todos los días?, ¡así seguro que volverá!
- No, eso nunca sucederá.
- Entonces...¿lo único qué me espera, es la soledad?
- Yo estaré contigo.
- Eso no me consuela.
- ¿Y qué es lo qué te consolaría?
- Que él estuviese aquí, conmigo.
- Sabes que eso no es posible.
- ¿Por qué?
- Porque que no, hazme caso...Olvída. Olvidalo todo, alegría, tristeza, amor...todo, absolutamente todo.
- No, no puedo. Yo no sé olvidar.
- Yo te ayudaré.
- ¿Y qué pasará después?, cuando...cuando lo olvide todo.
- No sentirás nada, ya nunca más tendrás que sufrir.
- ¿No sentiré dolor o tristeza?, ¿ya nunca más lloraré?, ¿ni tendré que sufrir?
- No, nunca más.
- ¿Me...me lo prometes?
- Te lo prometo.Nunca más volverás a sentir NADA.
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¿Por qué lo hice?,
¿qué fue lo que hice?,
no sé...
No recuerdo nada.
No soy NADA.
No sé NADA.
No pienso NADA.
NO SIENTO NADA.
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