lunes, 25 de octubre de 2010

El Saver, Del Dolor



     Dice la historia, que una vez hubo una princesa que soñaba con tocar las nubes del grandioso cielo, se tumbaba en el verde prado de palacio y se ponía a jugar con las pequeñas margaritas que allí crecían, barias veces soñó con volar entre ellas como una mariposa siendo feliz de ser libre. Ella deseaba tener una vida sin problemas, sin disputas sobre el trono, sin príncipes que le juraran un mentiroso amor eterno, quería creer que había un lugar donde el dolor no hallase lugar en un mundo de paz. Pero aquello que ella deseaba, no existía . Ella soñaba despierta, no quería creer lo que con sus ojos veían, hasta el punto en el que se aisló totalmente del mundo exterior. Muchas eran las veces que la princesa le contaba a sus doncellas las muchas historias que había soñado, todas quedaron fascinadas, todas … menos una que puso como respuesta una enigmática frase que en mucho tiempo no pudo olvidar...”Que sabrás tú, sobre el dolor”.
     Aquella doncella tenia razón, la princesa nunca había experimentado el hambre, la envidia o el rencor. Ella había nacido en un mundo en el que si tenia hambre su estomago era callado al instante. Si estaba enferma, los doctores más famosos de la ciudad venían a curarla. Si su vestido se rompía, tenia más de cien modelos de los que disponer.
     La princesa, que sentía curiosidad por el dolor se propuso huir del palacio, para poder comprender aquel dolor del que le había hablado la doncella. Cogió unos harapos de los plebeyos que solían ir a pedir limosna o trabajo, y con ellos puestos bajo por los túneles de emergencia del castillo hasta conseguir salir a plena calle. La luz de el sol de la tarde la cegó, pasaron unos segundos hasta que pudo acostumbrarse, y...abrió los ojos. La princesa, comprendió al instante que había nacido en un palacio construido por la mentira, en un mundo lleno de miedo, sangre, vergüenza e infinito dolor... Fue entonces, cuando la princesa abrió los ojos, y nunca más volvió a cerrarlos para soñar.
     ¿Que fue de la princesa?...Bueno, dice la historia que la princesa no pudo soportar su propio dolor, y días después se suicido... Desde aquel día, las dulces margaritas de primavera no volvieron a florecer.